viernes, 5 de octubre de 2007

17 de Octubre 2007. 20:15 h: Mamen Somar



17 de Octubre
20:15 h:

Sala de Ensayos,
Teatro Liceo.
Salamanca.


EN LA PIEL DEL SUEÑO
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Si en un atardecer de octubre pudiésemos hilvanar en el mismo filamento poesía, música, danza, teatro y el hecho cotidiano de recogerse entre las sábanas; hallaríamos la dermis lechosa del sueño. En la piel del sueño, se recogen numerosos personajes de donde brotan voces, perfiles de una misma sombra. La palabra llega de almohadas cercanas. Mamen Somar revolverá en la pavesa de los sueños hasta encontrar la materia intacta que nos hace levantar cada mañana; que nos hace creer y crecer. Si en un atardecer de octubre hilvanásemos en un mismo filamento, descubriríamos que el vidrio de la bombilla, al igual que la piel del sueño; es lo que nos mantiene encendidos e ilesos.
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MAMEN SOMAR
(Salamanca, 1976) Nacida y criada entre los cursos-taller literarios de La Casa de las Conchas, Letra Hispánica y la Universidad, pasa las tardes de tertulia en Atril. Recientemente ha publicado el libro de poesía: Interior de una Sombra (El Árbol Espiral 2006), colabora en diferentes revistas literarias y es columnista en Tribuna Universitaria. Su afán por declarar la poesía algo de todos y para todos, hace de sus lecturas algo muy personal.


En la piel del sueño

Cuando la tarde desgaja en su bullicio restos a una pausa,
de entre la confusión, un reloj agita la mano del cansancio.
Pies descalzos regresan a las sábanas y una oscuridad de hebras minerales
rompen olas sobre la almohada.
Es entonces que el sueño extiende su cuerpo para abrazar el mío.
Sutileza y calor se mezclan con la tez de lo irreal.
Allí todo es posible.
Donde el tacto es armadura para el deseo,
donde mis dedos urden posibles a la quimera,
donde un espejismo es el marco ideal para esta pasión que al trasluz
resulta insostenible.
Allí.
También el sueño pronuncia su afonía con señales punzantes.
La tristeza que en todo pace, muerde los ojos tras su negro anonimato.
Se descubre entre pesadillas el miedo desnudo, el sudor frío;
un rugido sin dientes.
Donde la otra mitad centellea los sentidos,
donde la nostalgia, la ternura y el dolor se deslizan áureos por la habitación;
allí reside el sueño.
Esta noche yo, arrojaré cenizas al vacío, descubriré el primer aliento.
Esta noche seré carne, silueta imprecisa.
Esta noche me descubriré en su piel; en la piel del sueño.